viernes, 12 de agosto de 2011


DELIRIOS E INDIGNIDAD El estéril mundo de Paul Schäfer
Herman Schwember
Éste es mi quinto intento de escribir algo útil a partir de mis experiencias en Villa Baviera, entre fines del año 2005 y comienzos del 2007.

Habitualmente, una vez que tengo la idea general de un tema y una estructura tentativa, la escritura fluye fácilmente. De hecho, ninguna de las cuatro versiones anteriores me resultó especialmente difícil. Sólo que, una vez terminadas, no se «armaban». Como que se me escapaba el objetivo fundamental.

En algún momento me reencontré con el texto de Anaximandro... En aquello en que los seres tienen su origen... Dan reparación unos a otros de su injusticia. Surgió así el objetivo trascendente: buscar un espacio de reparación de las injusticias. No he encontrado ese espacio pero creo que puedo ayudar a aclarar los caminos posibles, si acaso todavía hay alguno, y a abandonar las rutas estériles en las que, a mi juicio, ha estado entrampado el sistema público chileno.

Antes de dar más explicaciones, le pido al lector que lea tres testimonios de mujeres jóvenes que han vivido todas sus vidas en la comunidad que hoy se llama Villa Baviera, y que proviene de la Colonia Dignidad. Las tres nacieron en Chile y son, por tanto, chilenas. Dos de ellas, María y Marianne son hijas de inmigrantes alemanes, enviados a Chile por Paul Schäfer, y tienen también la nacionalidad alemana. La tercera, Eva, es hija de pobres campesinos chilenos, fue adoptada mañosamente cuando tenía pocos meses y fue asignada por Schäfer a una familia alemana que no desarrolló ninguna afinidad ni afecto por la niñita extraña.

Esa lectura ayudará, creo yo, a meterse con el ánimo apropiado en el tema mayor, que es muchísimo más complejo que sólo la conocida y extrema violación de los derechos humanos de ciudadanos chilenos completamente ajenos a la comunidad de Schäfer. Dos características de esa complejidad que el lector deberá enfrentar se refieren a las diversas formas en las que muchas personas de la misma comunidad fueron sometidas a grandes sufrimientos, pero también al hecho innegable que, en paralelo con la historia de horrores y errores, hubo hechos y logros positivos. Creo que ha sido un error de los cronistas, justificadamente interesados en la defensa de los Derechos Humanos, ignorar u ocultar esos hechos positivos porque ellos podrían llevar a la eventual reparación a la injusticia de que habla Anaximandro.

Herman Schwember Delirios e Indignidad: El estéril mundo de Paul Schäfer de Herman Schwember

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