viernes, 12 de agosto de 2011

                                                                                                                

BICHA 
Federico Eisner Sagüés
Tres escenarios para una farsa, donde la innombrable culebra, nombra y es nombrada. Estos treinta poemas operan como simulacro para otra accíon que desconocemos y no como evidencia de la misma. Porque en Bicha no suceden cosas, se sienten, gracias a registros diversos, bajo el bálsamo de la escritura experiencial y sus inevitables confesiones. Los actos de habla se confunden en una narratividad inquieta que converge argumentalmente en la turbación. El silencio que sigue a esta polifonía es tenso, pues el autor sitúa la sospecha en las dicotomías éticas y estéticas, que aprietan la trágica seducción del mal. Por eso revisita sin culpa las imágenes de la pesadilla, la del sueño y la cotidiana, para luego expandir el imaginario de la carne, tal como no son murallas circunscritas los títulos y epígrafes al pie, sino nuevos diálogos. Bicha es un puñetazo eficaz, que deja a Eisner parado y saltando para las peleas que vienen.

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