miércoles, 28 de marzo de 2007

AUTOFLAGELACIÓN (Alejandro Montes)


"-Te amo- le dije a Luciano cuando lo vi. No me respondió nada. Había estado durante un largo rato tratando de despertarme. Me levanté con mucho esfuerzo, como zombi, y me metí al baño. Al salir de la ducha me caí y me quedé un buen rato en el suelo. Esperaba que él me fuera a levantar, que me fuera ayudar para agarrarle ese potito hecho a mano y tirarlo al piso, aprisionarlo a besos y acariciar sus cabellos color trigo. Pero me levanté sin su ayuda, con rabia. No sé por qué se había puesto tan cartuchón conmigo, que le conocía su mayor secreto."

2 comentarios:

Unknown dijo...

Acabo de terminar de leer tu libro y muchas cosas rodearon y atravesaron mi mente mientras leía cada línea. Al comienzo me invadió un rechazo pétreo que iba acreciendo hacía Benjamín –el protagonista-, por ese trato servil y humillante que daba a cada mujer que pasaba por su cuerpo, pero ese sentimiento no era -sólo- por que trataba mal, sino tal vez por sentir envidia; sí, envidia de un personaje literario que podía ser más frío que yo un ser que si puedo conseguir algo, utilizo a la gente (por lo menos fue así hasta hace un tiempo).
Ese rechazo como dije antes, dio paso a unos celos encarnados que no eran por sus vivencias, ni su juerga, ni lo decadente que tuvo que ser para luego levantarse, sino por que simplemente pese a aquello pudo amar sinceramente, y aun cuando no allá sido correspondido me quedo marcada esa imagen. ¡Maldito amor! Suena irónico, eso que mucha gente busca y anhela me termina agotando, nunca lo encontré –sé que es prematuro decirlo si solo tengo 19 años- pero es verdad, estar con gente, besarla acostarse y que en el fondo no se siente nada…que espurio.
Agregando más y centrándome más en el libro (pues creo que me fui por las ramas) me gustaron dos frases, que citare a continuación:
“Éramos como dos niños asustados que juegan a las escondidas. Nos escondíamos del mundo” Es corto, casi irrelevante pero a la vez dice mucho. Que triste que nuestra sociedad en su conservadurismo obligue a crear esto, niños escondidos del mundo -niñas también-, cuando solo es amor, pero su “pecado” fue amar a alguien que tuviera su mismo sexo. Por suerte (a mi parecer) aquellas personas cada vez pueden mostrar más su afecto sin tener reproche social tan severo como lo fue en nuestras generaciones pasadas.
La otra parte que me quedó dando vueltas por la cabeza fue “Espero que siempre tengas lo mejor de la vida, que seas feliz y que ojala algún día nos podamos volver a ver. Chao y recuerda que mi corazón siempre te pertenecerá”, lo anote no por lo que dice, sino por lo que significa –dijo Benjamín al océano refiriéndose a Luciano-. Esto que suena puro por el sentido que se le da, digo tan honesto que puede desear a otra persona el bienestar último aun cuando este lejos de el es hermoso.
Y a la vez envidiable.

Anónimo dijo...

BUENO LEY TU LIBRO LO ENCONTRE EGOCENTRICO PERO MUY BIEN ESCRITO Y ME MATE DE LA RIZA Y BUENO EL MIO YA SE VIENE MI LIBRO SOBRE MI VIDA GAY EN REÑACA SE LLAMARA ANTI REÑACA